Consagración
Todo ministerio vocacional debe comenzar con la oración. Antes de planificar eventos o lanzar iniciativas, es fundamental poner toda la misión en manos de Dios. Consagrar el ministerio a Jesús por medio de María invita a su intercesión maternal y nos recuerda que toda fecundidad proviene de la entrega.
Tanto si estás empezando como si llevas años activo, acudir a María como Madre de las Vocaciones te brinda paz, claridad y guía. Su ejemplo de decir "sí" a Dios nos anima a todos a escuchar y responder fielmente a su llamado.


