Recepción para un sacerdote recién ordenado
Cuando un miembro de la parroquia es ordenado sacerdote, es un momento de profunda alegría, no solo para él, sino para toda la comunidad que lo apoyó y oró por su vocación. Una recepción para un recién ordenado sacerdote permite a la parroquia celebrar este hito juntos, afirmando tanto al sacerdote como a la Iglesia que lo nutrió.
Generalmente se celebra después de la Misa de Acción de Gracias del nuevo sacerdote, y puede ser tan sencilla o elaborada como prefiera su parroquia. Tras la liturgia, se invita a los asistentes a recibir su Primera Bendición, ofrecer palabras de apoyo y compartir una comida o refrigerio. Estos momentos fomentan la alegría, el ánimo y una conexión espiritual más profunda.
El ministerio de vocaciones de la parroquia puede enriquecer el evento con una pequeña mesa con estampitas de oración vocacional, información sobre la vida en el seminario o libros sobre el discernimiento del sacerdocio. Estos recursos sirven para educar, inspirar e invitar a los feligreses a orar por las futuras vocaciones.
Esta recepción no es solo una celebración, sino un momento de enseñanza. Muchas familias asistentes podrían no estar familiarizadas con lo que significa discernir una vocación o asistir al seminario. Honrar a un nuevo sacerdote de esta manera da visibilidad al camino de la vocación y puede inspirar a otros a considerar el llamado de Dios en sus vidas.
Como dijo el Papa Benedicto XVI, los sacerdotes son «testigos del Absoluto». Celebrar a uno de ellos le recuerda a la parroquia que Dios sigue llamando y que la respuesta es posible.





